Este es el país; siempre lo he dicho, usando la magistral
frase de don José Salazar, Porrina de Badajoz, cantaor flamenco de origen
pacense; del tocino y de la envidia. De boina y resentimiento. La historia lo
avala. Y, en el 2013, también añado yo, de cosecha propia, que este es el país
de Campofrío. ¿Por qué? Simple. Un anuncio que muestra un país que presume de
miserias, de farsas y chorradas que no van a ningún y que aún así nos
permitimos el lujo de chulear, ensalzando nuestra profunda y triste mediocridad.
¿Y a qué demonios viene todo esto? Pues a que va a ser. Esta semana nos dice
adiós un grande, un tipo peculiar pero que la historia le dará la razón. José
Mourinho.
José Mourinho. Ese hombre. Tan odiado y admirado a partes
iguales. Dejadme que os exponga mi particular punto de vista. Lo escribe un
madridista. No de los de rasgarse las vestiduras delante del personal diciendo:
eh, qué pasa, que soy del Madrid. Un madridista que tampoco se sabe todos los malditos
trofeos del Madrid ni falta que hace ya que el saber sí ocupa lugar. Un
madridista nieto de socio colega de Bernabéu e hijo de socio. Madridista por
sangre nacido en Badajoz. Vamos por partes, que dirían los carniceros.
Este país huele podrido. Abres la nevera y sabes que hay
algo que no debería seguir ni un segundo más ahí dentro. Bien, en la nevera que
es España hay muchas cosas podridas. Política, banca, educación… y medios de
comunicación. No emprenderé una cruzada contra los medios de comunicación de
este país pero si me permitiré el lujazo de soltar toda la mierda posible sobre
sus cabezas. La prensa deportiva ha perdido, si es que alguna vez la tuvo, toda
la credibilidad. Cuando te alimentas de carroña, cuando te conviertes en un
“Sávame Deluxe”, cuando te metes en tu guarida resentido día tras día, cuando
tu único fin es mentir insaciablemente, es que estás podrido. En España les
encanta señalar con el dedo (se ve que sus madres jamás les enseñaron que
señalar con el dedo es de cobardes y peor aún, de maleducados). “Él, él, él es
el culpable” dicen todas las bocas señalando a Mourinho. “Él jamás entendió el
madridismo. Él se ha cargado este equipo. Él nos ha dividido”. Perdonen, pero
si una persona, un entrenador, es capaz de dividir un sentimiento… es que jamás
hubo unión. Hay guerras, con sangre de por medio, que no han conseguido
eliminar una idea, un sentimiento. ¿De verdad consideran estos canallas de la
prensa que un entrenador puede? Inútiles…
Desde el primer día Mourinho no cortó cabezas sin ton ni
son, pues no era la reina de Alicia en
el país de las Maravillas, ni el
percutor de la guillotina, si no que
cortó las cabezas de aquellos que se oponían, aferrándose al pasado, a
dar un paso al frente y afrontar la cruda realidad de un equipo de capa caída.
Cortar cabezas y callar a hipócritas. Para eso hace falta valor y huevos, cosas
de las que carecen por completo cualquier cateto que escriba en Marca, o en ese
barco hundido llamado El País, con Diego Torres titulando “A Mou le puede la
presión”. A toda esta gentuza que presume de valores, que ensalzan a un
personaje endiosado como el dopado hasta las cejas Guardiola, que prefieren
alabar a un club completamente politizado y a favor de la independencia, cosa
que me parece bochornosa… les diré la frase de Mourinho: Señorío es morir en el
campo. Mientras que el puñetero Madrid murió en la vuelta de semifinales de
Champions… el Barcelona se dejó esclavizar una y otra vez hasta siete veces por
los alemanes rozando lo grotesco. Eso, perdónenme los culés irascibles y
cejijuntos… no es señorío. Señorío no es apelar a Juanito cada vez que toca una
remontada como hacen algunos madridistas. Señorío es decir lo políticamente
incorrecto cuando lo de moda es sonreír y decir lo humilde y lo guay que eres.
Señorío es decir la verdad que nadie quiere oír. En los tiempods difíciles es
cuando los líderes aparecen, no cuando tienes a prensa, UEFA, FIFA, RFEF de tu
lado, como en el caso del Barcelona. Y en la tormenta es cuando el enemigo solo
se refugia en el insulto, en el ataque personal, en la mentira y en la
difamación. Cuando el enemigo solo sabe
criticar, porque no tienen ni idea de hacer otra cosa, destruir o tratar de
hacerlo… lo difícil es mojarte durante la tormenta. ¿Pero qué vamos a esperar
de los periodistas de este país cuando estamos ante un país aborregado lleno de
funcionarios inútiles cuya única tarea es pasar página tras página del As? El
periodismo deportivo (de opinión, ojo) es fiel reflejo de una sociedad
aletargada y caciquista, en la que el premio para el que lo merece no existe,
el logro se consigue a dedo.
Una vez que vieron que Mourinho los tenía bien puestos,
atacaron a la desesperada. Él, un portugués, qué cojones nos va a decir un
portugués a nosotros, ja. Él, que nunca jugó al fútbol de verdad, qué nos va a
contar a nosotros que llevamos mil años soltando mierda. Y luego están los
patriotas. Los de “un tío de la casa” debería capitanear el barco. Y poner a
Paco Martínez Soria de contramaestre, no te jode, anda.
Jodidos hasta la saciedad, ya que sintiéndose completamente
superados intelectualmente por el portugués, que, muy a mi pesar, ha fracasado
deportivamente hablando respecto a lo que se esperaba él, les seguía vacilando
en rueda de prensa. Y es que los españoles tenemos mal perder, además de tener
un ganar terrible, ya que creemos que merecemos todo el mérito (el Chelsea equipazo
gracias a españoles, Torres y Mata… una leche, Gasol es dios en los Lakers,
tenemos incluso ÑBA como si tuviéramos algo que hacer con la NBA…).
Mi conclusión es que los españoles no hemos estado a la
altura de nuestro invitado portugués. Ese “nazi portugués” como le ha llamado
algún indocumentado que no saber hacer la “O” con un canuto. Para Mou el
talento es lo que cuenta, no un puesto asegurado. Y ante un sistema que no
premia al talento… ¿qué se hace? Cambiar el sistema, ¿quizás? Ni de coña. Que
se coman el marrón los españoles, que yo paso. Respeto esa decisión. Me habría
encantado que siguiera un par de años para ver alguna que otra cabeza
aborregada caer, pero le entiendo. Es imposible en este país, que, en todos,
repito, todos los aspectos, premia al más chabacano, inculto, progre y demás.
Tres años de fortísima tensión contra un solo individuo. Ni
a Aznar, ni a Bush, ni a nadie se le ha sometido a este bombardeo periodístico,
a nadie. Siendo sinceros, no compensa. A un hombre, a un hombre de verdad, con
familia e hijos, no le compensa en absoluto que le tilden de nazi de manera
grosera… no le compensa a nadie. Mou ha sido capaz de enrabietar a toda la
chusmilla, haciéndoles decir una cosa y la contraria con tal de contradecirle. Echad
un vistazo a la sociedad y lo veréis. El Madrid y este panorama ha sido fiel
reflejo de una sociedad corrupta donde el que se opone a lo establecido le
tachan de facha. Mou ha sido un nazi, un facha, un maleducado… todo lo que
queráis, pero no os engañéis aquellos que os hacéis llamar madridistas… no
ganáis con su marcha, perdéis, perdéis una gran oportunidad de reformar un club
que cuando llegó Mou olía a rancio… lo que pasa es que pensáis que para chulo mi pirulo, que reza el dicho… Yo creo que ciertas personas en el Madrid han
aprendido la lección. Mou demostró que además de la hegemonía del Barcelona,
existía otra forma de ser, otra forma de actuar, lejos de la hipocresía culé y
de la humildad forzada de su entrenador. Catalizó una reacción ante aquello. El
Madrid podía tener un estilo propio, podía ser otra cosa. Ese otro estilo ganó
al Barcelona una Liga, el tan proclamado mejor club del siglo, en su casa,
callando bocas. Lejos queda que zoquetes de la prensa, radio y TV deportiva, resentidos e ignorantes en potencia
hayan aprendido algo, lo dudo, ya que la frente de casi todos no levanta medio
centímetro desde las cejas… pero eso ya es harina de otro costal. Señorío es
morir en el campo, lección aprendida por mi parte, Mou, and good luck.